La tibia se articula con los cóndilos del fémur y es el hueso que soporta el peso de la pierna. Constituye el hueso medial de la pierna, es decir, es interno y más cercano al eje central del cuerpo, y consta de una epífisis proximal, de una diáfisis y de una epífisis distal.
- Epífisis proximal: Al igual que el fémur, la tibia posee un cóndilo lateral y un cóndilo medial (para articular con el fémur), y entre ellos, un espacio intercondíleo. Por debajo de estos cóndilos y espacio intercondíleo, lo que se denomina como meseta tibial, se encuentra la tuberosidad tibial, donde se inserta el ligamento rotuliano. En cuanto a la articulación de la rodilla, el cóndilo medial de la tibia se articula con el cóndilo medial del fémur, y el cóndilo lateral de la tibia se articula con el cóndilo lateral del fémur. Además, cada cóndilo tiene, junto al espacio intercondíleo, un tubérculo intercondíleo, de modo que encontramos un tubérculo intercondíleo medial en el cóndilo medial y un tubérculo intercondíleo lateral en el cóndilo lateral, que constituyen la eminencia intercondílea. Finalmente, en la superficie posterior y hacia el borde lateral encontramos una cara articular para el peroné.
- Diáfisis: En la superficie posterior de la diáfisis se encuentra la línea sólea, que desciende desde la cara lateral hasta la cara medial y de la cual nace una línea vertical (aproximadamente en la mitad de la línea sólea), que desaparece cerca del eje central de la tibia. Además, en la diáfisis existe una membrana interósea que mantiene unida a la tibia con el peroné.
- Epífisis distal: El extremo distal de la tibia consta de una protuberancia medial (interna) llamada maléolo medial, el cual se articula con el astrágalo. Al igual que en la epífisis proximal, existe una zona donde la tibia está en contacto con el peroné, la escotadura peronea.
Área de Anatomía y Embriología Humana 